¿Tuvimos un hijo

Capítulo 42



Capítulo 42

Capítulo 42

– El tema de la junta de hoy es que cada persona presentará un informe de estudio de mercado y trabajos regulares de diseño al final de este mes. Anastasia y Alexis deberían prepararse para participar en la c ompetencia de joyeria a finales del mes –anunció Fernanda.

– Fernanda, ino hay una norma en esta compania que no prohibe a las personas desconocidas entrar y s alir a su voluntad? ¿Por qué los familiares, amigos y novios de Anastasia pueden entrar? ¡Va en contra de las reglas! –intervino Alexis inmediatamente.

Fernanda también se sentia un poco incomoda por eso. Miró a Anastasia y dijo:

– Anastasia, dile a tu novio que no venga seguido a la oficina. Al enviarte flores a la compania, afectará a otros empleados aqui.

El rostro de Anastasia estaba ligeramente caliente cuando escucho eso. «¿Todos piensan que Miguel es mi novio?“. Después, también sintió una profunda y penetrante mirada.

– Es cierto! ¡El ver un ramo de rosas me pone celosa! Anastasia, tu novio es tan atractivo. ¿Cómo te atrev es a tracrlo a la compañía? ¿No tienes miedo que alguien te lo robe?–bromeó otra diseñadora.

–De acuerdo, hablaré con él. – Anastasia simplemente admitió que Miguel era su novio ya que, de todas maneras, seria más problemát ico explicarlo.This is property © of NôvelDrama.Org.

La mirada de Elías se volvió un poco más complicada con eso. Al pensar en aquella vez que Miguel y A nastasia se habían abrazado en el aeropuerto, recordó que la mujer tampoco rechazo las intenciones de l hombre. Ahora, incluso había admitido abiertamente que Miguel era su novio.

Después de que la aburrida junta terminó, Elias dijo con una mirada sombria. — Anastasia, quédate mientras que los otros pueden marcharse.

Todos en la sala sintieron la hostilidad del jefe, así que rápidamente se levantaron y se fueron por miedo a ser atacados por su ira. Anastasia estaba sin palabras. «¿Por qué tiene tan mala

expresión?». Cuando la puerta de la sala de juntas se cerró, se giró en su silla y un aura opresiva la inva dió. Mirándola con ojos frios, dijo:

–Deberías estar al tanto de mi relación con Miguel.

Ella asintió con la cabeza. – Lo sé, ¿qué es lo que pcurre?

El rostro de Elías se volvió aún más molesto. –¿Recuerdas que me debes algo? – Fijó su mirada en sus ojos profundamente, emanando una ira inexplicable.

Anastasia pensó por un momento, pero no pudo recordar que le debía, asi que pregunto:

–Te debo algo?

—¿Lo has olvidado? –Se puso furioso de la nada porque la mujer lo había olvidado.

–Dame una pista:

«¿Cómo podía tener el tiempo para recordar cosas que no son importantes?».

El hombre se puso de pie abruptamente antes de sujetar sus muñecas con sus largos brazos. Empujand o la cintura de Anastasia contra la mesa, la apretó con fuerza, con su cuerpo alborotado por las hormon as. Mientras Anastasia se inclinaba hacia atrás de forma instintiva, la mano del hombre sujeto la parte trasera de su cabeza.

Pellizcó su barbilla y la levantó friamente antes de que sus labios cubrieran los de ella con una fuerte sen

Los hermosos ojos de Anastasia se abrieron del asombro; no podía creer que este hombre le hiciera esto

–Elias, cqué estás haciendo?

i

– ¿No me dijiste que te lo recordara? Esto es lo que me debes. – La voz del hombre era ronca, mientras que sus ojos estaban negros, y sus palabras llenas de burla.

Respiró profundamente, después Anastasia levantó su mano y se limpió los labios con asco. Cuando pen

–¡No me beses! –gritó Anastasia con enojo. ––Sivuelves a hacerlo, te demandaré.

Elías se le quedó mirando; era como una rosa en llamas. Sus labios eran increíblemente suaves, lo cual lo hizo imposible separarse de ella. Incluso le recordo del tacto de aq


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