Chapter 359
Capítulo 0359
Carlos también pensó en algo, sin molestarse en decir más, extendió la mano para intentar abrazarla, pero Pedro empujó a Carlos a un lado y gritó: -¡Alejate!
Miguel, que había sido llamado, ayudó a levantar a Anna, mientras que Pedro recogió a Bella del suelo y se preparó para salir.
Bella, preocupada de que Pedro fuera con ella al hospital y se enterara de su embarazo, luchó a pesar del dolor y dijo: -No es necesario que vengas, déjame ir. Carlos, tú acompáñame al hospital...
-¡Bella!
Pedro, que había reprimido su enojo durante toda la noche, finalmente no pudo contenerse más.
Tan pronto como salió del ascensor, vio a Bella y Carlos jugando, y justo en la sala, ¡Carlos dio una lección a su subordinado por el bien de Bella!
En este momento, Bella parecía que estaba a punto de desmayarse, ¡y todavía estaba llamando a Carlos con urgencia!
-¿Acaso olvidaste que yo soy tu esposo?
Bella, a pesar del dolor, insistió: -Deja que Carlos me lleve al hospital...
-Tú... -Pedro, furioso, agarró a Bella y se la llevó, sin soltarla.
-¡Carlos...!
Bella alcanzó a llamar, pero Pedro la calló con un beso.
Bella, llena de rabia y sin poder respirar bien por el dolor en su vientre, finalmente se desvaneció...
Después de un tiempo, Bella se despertó.
Al despertar, Bella se encontró en una habitación de hospital.
Alrededor de Bella había frías paredes blancas, y en la terraza que se conectaba con la habitación estaba Pedro, fumando.
Esta era la primera vez que Bella lo veía fumar.
Su figura no era tan erguida como de costumbre, y parecía estar envuelto en una densa atmósfera de pesadumbre, hasta el humo que exhalaba tenía la apariencia del frío vaho invernal.
Al recordar el dolor punzante en su abdomen antes de perder el conocimiento, Bella se
sobresaltó.
¿Qué había pasado con el bebé?
Llena de preocupación, quiso incorporarse para llamar a alguien, pero el movimiento hizo que tirara de la bolsa de suero, provocándole un quejido de dolor.
El ruido llamó la atención de Pedro.
-¿Qué vas a hacer?
Él apagó su cigarrillo y se acercó a ella con una expresión indescifrable.
Bella contuvo su urgencia por hablar.
Pedro debía saber de su embarazo, pero ella no podía adivinar cuál sería su reacción.
-¿No tienes nada que decir? -preguntó Pedro con un tono apático.
El humo de su cigarrillo flotó a su alrededor.
Bella frunció ligeramente el ceño y preguntó con voz ronca: -¿Y Carlos?
Él prometió ayudarle y lo llamó varias veces antes de que Pedro le sacara de la suite. Él debería haber entendido y venido, ¿no?NôvelDrama.Org owns this text.
-¿Para qué lo buscas justo ahora que despiertas? —volvió a preguntar Pedro, con un aparente tono indiferente.
Pero Bella podía sentir que estaba reprimiendo su ira.
Bella realmente no sabía si la reacción de Pedro se debía al embarazo o a algo más, y la impacientaba su actitud evasiva.-O llamas a Carlos o dices lo que tengas que decir, ¡deja de actuar tan enigmáticamente!
-Je-resopló Pedro con una risa sarcástica, Bella, ¿qué clase de mujer eres tú?
Levantó delicadamente la barbilla de Bella.
-Me has acosado durante cuatro años, te casaste conmigo a pesar de mi voluntad, y apenas un año después exiges el divorcio. Ahora, sin siquiera haberte divorciado, ¿ya tienes a tu siguiente pareja lista?
Aunque su tono era similar al habitual, Bella percibió un deje de frialdad en las palabras de Pedro.