Chapter 64
Chapter 64
Capitulo 64 Brillo en sus ojosContent from NôvelDr(a)ma.Org.
Caminando junto a ella, Lan no pudo evitar notar el brillo radiante en su
Esta era una Cherise Shaw que nunca habia visto antes.
ojos.
Ella siempre habia sido una dama alegre en el pasado, pero nunca asi, irradiando el brillo de la felicidad tan vividamente. Los celos se abrieron paso hasta el corazon de Lan.
~Qué tiene de especial ese viejo y calvo?
~Como merece él su amor y sacrificio? jIncluso la abuela Mary lo aprueba!
Cuando llegaron a la puerta, Cherise se volvié para despedirse de lan. “jMe voy al sanatorio!”
Con esas palabras, se colg6 su pequefia mochila al hombro y se dirigid en direccion a la parada de autobus.
Lan agarré la correa de su mochila y la atrajo hacia él. “Resulta que tengo algunos pacientes en el sanatorio a los que necesito visitar. Déjame llevarte.
“En ese caso, jgracias lan!”
Cherise no dudo y se subi al auto de lan.
De camino al trabajo, Lan pensd en mencionar a Damien varias veces pero decidid. En contra.
Comprendi6é que aprender mas sobre el hombre no le conduciria mas que agonia y dolor.
Record6 la forma en que Cherise solia mirarlo cuando se conocieron, sus ojos brillando como estrellas.
Sus compafieros de clase solian burlarse de él. “Ese joven parece tener carifio por ti. No vas a dar el primer paso? El responderia con una leve sonrisa. “Tengo muchos jévenes a quienes les agrado”.
Ahora, aunque ella lo trataba con el mismo respeto, ese brillo en sus ojos pertenecia a otro hombre.
Pronto llegaron a la sala de enfermeria.
lan la acompafié hasta su estacion antes de irse.
“Tsk tsk, ahora incluso tienes un chico lindo que te hace compafiia”.
Lila se burld y arroj6 un monton de sabanas usadas frente a Cherise. “Se te extrafia. ayer, asi que los guardé para ti”. Cherise miré el enorme montén de sabanas, sintiéndose un poco preocupada. “;La lavadora sigue sin funcionar?” El otro dia habia pasado toda la tarde lavando sabanas y cuando termin6, jle dolian las mufiecas!
Ademas, los materiales de los que estaban hechas las laminas eran rigidos y dificiles de maniobrar.
“No, no ha sido reparado”.
Lila respondié con una mueca fria. Se agaché al nivel de los ojos de Cherise y fijo una mirada fria en ella. “;Qué pasa? No puedes soportar un poco de lavado?
“4O tal vez ahora que has encontrado un hombre que te adora, te niegas a ensuciarte las manos?” Cherise no paso por alto el sarcasmo en el comentario de Lila, pero decidié bajar la cabeza. “Intentaré dar lo mejor de mi.”
Podria ser un desafio, pero desde que asumio este trabajo, jestaba decidida a hacerlo!
lan salié de la oficina del director del sanatorio con media hora de sobra antes de su turno de tarde. Con tiempo extra en sus manos, se dirigid al segundo piso hacia Cherise. Anteriormente, le habia pedido a Lila que le asignara tareas mas livianas a Cherise, como hacer y servir. té a los pacientes.
Seguin esa ldgica, ella deberia haber estado estacionada en el segundo piso, pero él busco en parte del piso y no pudo encontrarla.
Solo después de que alguien lo sefiald se enter6 de que Cherise estaba en la lavanderia. cada
El cuarto de lavado estaba escondido en un rincon del patio trasero del sanatorio.
Empyjo la puerta para abrirla, revelando varias lavadoras grandes con carteles de “Fuera de servicio” pegados con cinta adhesiva.
En el otro extremo de la lavanderia, vio a una nifia pequefia parada descalza en un lavabo, con las manos y los pies cubiertos de espuma espumosa.
Cuando escucho que se abria la puerta, miré hacia arriba. “; Broncearse?”
lan frunci6 el cefio y se acercé a ella con grandes zancadas. “Cherise, gpor qué estas haciendo esto?”