Capítulo 189
Capítulo 189
ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 38. Así funciona la familia
Dos años después. 1
-¡Hija, estoy tan orgullosa de ti! -exclamó su madre al ver aquel título colgado en la pared de su oficina.
-Solo es un pedazo de papel, mamá -sonrió Nahia cargando a su pequeña bebé de dos meses-. Sabes que trabajar aquí en la empresa me ha dado mil veces más conocimiento que cualquier universidad. Oxford fue un sueño lindo que se cumplió, pero hay otros sueños mejores. ¿Verdad, mi amor? -dijo dándole muchos besos a la bebé, que suspiró dormida en sus brazos. 6
Meli sonrió mirándolas y las abrazó.
-Créeme, estoy mucho más orgullosa por mi nieta que por ese título, pero igualmente quiero que lo
sepas.
Nahia la acostó en su cochecito y la mecieron un rato mientras conversaban, hasta que su secretaria le anunció que el abogado había llegado ya.
-Está bien, Clarissa, hazlo pasar, por favor.
Un segundo después un hombre alto, apuesto y distinguido se acercaba a ellas.
-Señoras King–saludó.
-Adam, qué gusto verte -lo recibió Nahia-. Cuéntame, ¿cómo va todo?
-¿El proceso? A punto de terminarse -le sonrió él hombre sentándose frente a ellas-. Ya sabemos que cuando se trata del apellido King nadie pone muchas excusas, así que estamos cerca de solucionarlo
todo, sin embargo la jueza solo encontró un detalle, es algo técnico, pero debemos resolverlo o si no, no podremos continuar. 6
-OK–Nahia se puso hasta nerviosa-. ¿Qué detalle es ese?
-Tu matrimonio -respondió Adam-. En los documentos solo figura tu nombre como madre de Julie, pero según tu matrimonio debiste poner al… ¿señor Olenko? ¿Así se pronuncia? 1
-Orlenko–lo corrigió Nahia mientras su corazón se aceleraba-. Pero tiene que haber un error. Yo ya no estoy casada, me divorcié hace dos años. 4
Adam frunció el ceño y revisó todos los documentos de nuevo.
-¿Tienes tu acta de divorcio? -le pidió.
-Bueno… no, pero mi sue… la mujer que era mi suegra vino con los papeles, y le firmé el divorcio, mi exesposo ya los había firmado así que asumi… Espera ¿no estoy divorciada? 1
-Dame un minuto -murmuró Adam mientras se levantaba y comenzaba a hacer llamadas.
Meli le dirigió una mirada interrogante a su hija y esta se encogió de hombros porque no tenía ni idea de lo que pasaba. Finalmente Adam volvió a sentarse.
-Malas noticias, sigues casada -le informó. 1
-¡No puede ser…! -murmuró Nahia.
-Pues así es, y el problema es que no podemos seguir adelante sin resolverlo. O consigues el divorcio, o tu marido viene a poner su nombre en los documentos de Julie -le advirtió Adam-. Tenemos tres días hábiles para resolverlo. C sea que el lunes tenemos que presentar una solución definitiva.
Nahia cerró los ojos con frustración y maldijo por lo bajo. No podía creer que se estuviera complicando
de aquella manera y menos que Aaron no hubiera resuelto lo del divorcio.
Hacia dos años que finalmente se había dado por vencida, no había vuelto a llamar a Ucrania porque sabía que ya nadie le respondería, y estaba segura de que eso no había cambiado, así que era inútil
intentar.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó Meli una hora más tarde, mientras conducían hacia la casa de Nahia en Londres.
-Lo único que puedo hacer, ir a conseguir el divorcio respondió ella.
-¿Y no puedes mandar a un abogado?
-Eso sería lo ideal, pero tengo muy poco tiempo. A un abogado pueden darle largas o negarle la entrada, pero a mí no sentenció Nahia.
En pocos minutos hizo una maleta y mandó a preparar el avión, mientras le encargaba a su madre que cuidara mucho de Julie.
-¿Quieres que vaya contigo? -le preguntó Nathan y ella negó.
-No hace falta, papá. Esta es la clase de cosas que una debe hacer sola -sentenció la muchacha y Nathan asintió. T
A los veintidós la mayoría de las chicas de su edad estaban disfrutando de la vida loca, pero ella dirigía una empresa internacional y tenía una hija. Nathan tenía que confiar en que sabía lo que hacía. 1
-Nos vemos pronto mi chiquita hermosa -le dijo a su bebé dándole un beso en la frente y se despidió de sus padres.
Media hora después estaba volando hacia Ucrania y al llegar se hospedaba en el mejor hotel de Odessa. Rentó un auto y respiró profundo mientras revisaba los papeles del divorcio que le había mandado Adam por correo. Los firmó sin dudar y marcó con pequeñas etiquetas en azul dónde debían ir las firmas de Aaron para que no faltara ninguna.
Era ya de noche cuando condujo hasta la mansión de los Orlenko, pero una de las muchachas de la casa le dijo que toda la familia había salido.
Nahia suspiró con frustración.
-¿Tiene idea de cuándo regresan? -preguntó.
-Probablemente en la madrugada, o mañana. Están en la mansión Hellmand -le dijo la chica-. Creo que organizaron una jaula o algo así.
Nahia asintió, comprendiendo y le pidió una última cosa.
-¿Puede decirme cómo llego a la mansión Hellmand?
-Claro, mire cuando salga de aquí, gire a…
La explicación de la muchacha fue breve y concisa y gracias a eso a Nahia no le fue difícil encontrar el camino hasta la mansión del Hellhound. Desde afuera se veían las luces y se escuchaba el griterio de las peleas.
–Lo siento, señorita, pero no puede entrar, esta es una fiesta privada -le dijo uno de los guardias de seguridad y Nahia asintió.
-Entiendo. Por favor, llame a Diana Hellmand.
Los guardias se miraron entre ellos con dudas.
-Hay una jaula en curso, no voy a molestar a la señorita…
-¿Usted sabe quién soy? -preguntó Nahia con voz gélida saliendo de su auto-. ¿Qué le hace pensar que rechazarme no será el motivo por el que su jefa le deje una bala de regalo?
El hombre se puso lívido y se apresuró a hacerle un gesto a su compañero, que corrió a buscar a Diana. Nahia la escuchó llegar rezongando desde lejos, pero apenas la tuvo frente a frente la muchacha se quedó pálida.
-Nahia…
-Diana. Buenas noches -saludó ella con acento neutro-. Necesito encontrar a Aaron, ¿está aquí?,
Diana se acercó a ella y se quedó como aturdida, sin saber si abrazarla o si no. Pero la expresión de Nahia era un “no” rotundo.
-Lamento no haber devuelto tus llamadas… -empezó a decir pero Nahia levantó una mano para detenerla, con una sonrisa.
-No vine por disculpas, no me las debes -le dijo-. Solo necesito ver a Aaron un momento, ¿está aquí?
Diana apretó los labios con impotencia, y sabía que se sentía exactamente como se sentirían casi todos los Orlenko cuando la vieran.
-Sí, aquí está. Tiene una pelea esta noche. ¿Quieres verla?
Nahia asintió sin una sola pizca de emoción.
-Siempre que pueda hablar con él después, no hay problema -dijo sacando el sobre con los papeles del divorcio y metiéndolo en uno de los largos bolsillos interiores de su gabardina.
Diana la condujo a uno de los palcos privados detrás de los focos, así que no había forma de que Aaron la viera ahí mientras peleaba, y Nahia se acercó al balcón con un sentimiento mezclado de tristeza y decepción. Después de todo él la odiaba por quitarle las peleas, y ahí estaba, dos años después, peleando de nuevo, y odiándola. 2
-Nahia… hay algo que quiero decirte -murmuró Diana y ella la miró con curiosidad, porque no era para nada normal verla nerviosa.
–OK.
-Todos sabemos que te debemos la vida de Aaron…
-Y mi familia le debe la vida de mi cuñada y mis sobrinos, así que pueden considerar que estamos a mano, puede que incluso les debamos algo -replicó Nahia sin darle importancia. Text property © Nôvel(D)ra/ma.Org.
-¡Pero quiero que sepas por qué no te contestamos! -insistió Diana y Nahia respiró profundo antes de girarse hacia ella.
-OK, dime.
-Sabíamos que la estabas pasando mal, y no queríamos que te sintieras peor. Aaron se puso muy animal contigo, pensábamos que se le iba a pasar, pero el tiempo empezó a correr y él seguía de necio… no queríamos darte ilusiones de que lo de ustedes se iba a arreglar… así que la abuela nos dijo que no nos metiéramos.
-Por eso dejaron de responderme -murmuró Nahia.
-Sabemos que tuviste razón con lo que hiciste, por eso es que no sabíamos ni cómo mirarte a la cara después de que Aaron te dejó -murmuró Diana-. Aaron siempre ha sido muy bruto, Nahia, pero es nuestra familia…
-Y yo no lo soy -terminó ella con una sonrisa forzada,
-Yo no quise decir eso…
-No hace falta, soy una mujer inteligente -aseveró Nahia-. Ustedes son una familia, están para protegerse entre ustedes aun cuando cometen errores. Así como mi familia me protegió cuando yo lo necesitaba. No hay razón para disculparse, las cosas son como son. Créeme que no estaría aquí si no
fuera estrictamente necesario. (1
Diana apretó los labios, realmente le había tomado cariño a Nahia en el año y medio que había estado con Aaron, pero lamentablemente, si había que elegir, siempre lo elegiría a él, así funcionaba la familia.
-Lo siento… -murmuró. Aaron va a salir ahora, pero cuando acabe la pelea puedes encontrarlo en la casa. Tiene una habitación para él, primera puerta a la izquierda en el corredor oeste.
-Gracias–murmuró Nahia y se sentó sola en aquel palco viendo cómo el hombre que una vez había sido el amor de su vida se metía en aquella jaula.